En el 2013 fue la última vez que Jewher Ilham vio a su padre, el economista e intelectual uigur Ilham Tohti, galardonado con el Premio Sajarov 2019 a la libertad de conciencia que otorga cada año el Parlamento Europeo. «Nos dirigíamos a la Universidad de Indiana [EEUU], que le había invitado a dar unas conferencias. Desgraciadamente no llegó a ir. Ese día [las autoridades chinas] nos detuvieron en el aeropuerto. Mientras yo seguí el viaje a él lo detuvieron, golpearon y se halla en paradero desconocido cumpliendo cadena perpetua. Aunque no sé dónde se encuentra, confío en que esté vivo», explicó ayer la joven durante la ceremonia de entrega del galardón en Estrasburgo.

Conocido por sus estudios sobre las relaciones entre uigures y han, partidario de un régimen de autonomía regional en China y responsable de una web de debate sobre cuestiones uigures, Tohti fue condenado «por separatista» en septiembre del 2014 y encarcelado en la prisión de Urumqi. «La última vez que supimos de él fue en el 2017», relató Jewsher. También recordó que su padre fue tachado entonces de «radical» y «enfermo de enfermedades que hay que curar y mentes que hay que limpiar». Una situación en la que están más de un millón de uigures, encerrados en centros donde «se los tortura» y «mueren», denunció la joven. «¿Creen que hay un problema en cómo tratan las autoridades chinas a los uigures? Si es afirmativo, pidan a las autoridades chinas que rindan cuentas, a las empresas que no sean cómplices, a los universitarios que sigan denunciando y a las oenegés que sigan trabajando allí». El presidente de la Eurocámara, David Sassoli, urgió a China a liberar de forma «inmediata y sin condiciones» a Tohti. «Sería sensato que China escuche la voz del Parlamento Europeo. China es un gran país y será aún más importante si respeta las libertades fundamentales de sus ciudadanos», recordó.