Un Gobierno desgastado, agotado y agarrotado y unos sindicatos que han convocado tres huelgas generales en dos meses buscan desesperadamente puertas de salida. Los franceses parecen haber explotado de nuevo: el paro ha superado el 10% por primera vez en cinco años, y los trabajadores están convencidos de que están perdiendo poder adquisitivo aceleradamente mientras las grandes empresas hacen públicas ganancias fabulosas. Sin más válvulas de escape, el enfado podría concretarse en el referendo de mayo sobre la Constitución europea.

*Periodista.