Siete segundos. Esa fue la duración total de los dos contactos personales que mantuvieron ayer George Bush y José Luis Rodríguez Zapatero en Bruselas, donde el dirigente español coincidió durante casi 10 horas --en las cumbres de la OTAN y la UE-- con el presidente de EEUU. El primer contacto, de cinco segundos, consistió en un saludo al inicio de la jornada --"Hola, ¿qué tal, amigo?", le dijo Bush en español-- y el segundo fue un rápido apretón de manos al término de la misma.

SIN IMPORTANCIA El jefe del Ejecutivo español restó importancia al breve tiempo que le dedicó Bush en comparación con otros líderes europeos. "Hemos tenido un encuentro normal, cordial y razonable", manifestó Zapatero, que, lejos de reprochar al presidente norteamericano su actitud, subrayó la "deferencia" que tuvo al saludarle en español.

En conferencia de prensa tras la cumbre de la UE con Bush, el presidente del Gobierno alegó que las relaciones con Washington se encuentran en una "situación de normalidad política" y que ambos países trabajan "en muchas tareas conjuntas".

A la pregunta de si considera la frialdad de Bush hacia él como "una actitud infantil" o una "venganza personal" por haber retirado las tropas españolas de Irak, Zapatero insistió en la "cordialidad" del encuentro y añadió: "Luego haremos las interpretaciones que quieran".

El primer contacto se produjo por la mañana, cuando Bush llegó al salón plenario de la OTAN. Camino de su asiento, fue saludando a los líderes que hallaba a su paso. Junto a su silla estaba la del británico Tony Blair, que justo en ese momento departía con Zapatero por medio de una traductora.

El presidente español dio una palmadita de alerta a Blair al aproximarse el mandatario de EEUU, que, sin abandonar su expresión cordial, estrechó la mano a Zapatero y le dijo: "Hola, ¿qué tal, amigo?" "Muy bien, ¿y tú?", respondió su interlocutor. Un diálogo casi idéntico al que protagonizaron en junio en otra cumbre anterior de la OTAN, cuando Zapatero abordó a Bush con un: "¿Qué tal, George?".

A continuación, Silvio Berlusconi tiró del brazo a Bush para llamar su atención. Este lo saludó con un abrazo efusivo y tomó por fin asiento. No quedó registro fotográfico del saludo al presidente Zapatero. Un alto cargo de la Moncloa, armado de una discreta cámara, apretó el obturador cuando el saludo ya se había consumado.

El otro contacto fue tras la foto de familia que cerró la cumbre. Mientras Bush se alejaba, Zapatero lo alcanzó y se despidió.

FELICITACION POR EL 20-F En la cumbre entre la UE y EEUU, Zapatero tuvo otro momento de protagonismo al ser felicitado por el presidente de turno de la Unión, Jean Claude Juncker, por el triunfo del en el referendo celebrado el domingo en España sobre la Constitución europea. Contó el jefe del Ejecutivo que sus colegas consideran el voto de los españoles como un "estímulo" para otros países.