La crisis de los rehenes en Irak se agravó ayer con el secuestro de otros cinco extranjeros --un ciudadano norteamericano de origen libanés y cuatro jordanos-- y con el asesinato de un militar y tres policías iraquís que estaban en manos de dos grupos armados. Entretanto, el Gobierno de Hungría anunció que retirará al pequeño contingente de tropas que tiene desplegadas en Irak, mientras que Bulgaria dijo que reducirá el número de sus soldados. Holanda, por su parte, finalizará su participación en la fuerza multinacional en Irak con el envío del último contingente, que permanecerá en el país árabe hasta marzo del 2005.

Un grupo de hombres armados secuestró en la noche del martes al ciudadano estadounidense Radim Sadiq, empleado del Ministerio de Transportes iraquí y responsable de varios proyectos en el aeropuerto de Bagdad. Sadiq fue secuestrado en su domicilio, en el barrio de Mansur de la capital iraquí.

CAMIONEROS JORDANOS El lunes, en esta misma zona de la capital, sede de muchas empresas extranjeras, fueron secuestrados un estadounidense, un nepalí, un filipino y tres iraquís, todos ellos empleados de una compañía saudí. A estos secuestros hay que añadir el de otros cuatro camioneros jordanos. Otros dos jordanos murieron en un tiroteo ayer en Ramadi, uno de los feudos de la resistencia suní.

La televisión Al Jazira informó ayer del asesinato de cuatro rehenes iraquís. Una de las víctimas es el mayor del Ejército iraquí Husein Shanún, al que sus asesinos acusaron de "apóstata" y de haber participado junto a las tropas de EEUU en acciones armadas en Mosul.

Precisamente ayer, el primer ministro de Hungría, Ferenc Gyurcsany, aseguró que el próximo mes de marzo saldrán de Irak todas sus tropas, unos 300 soldados con base en Hilla, al sur de Bagdad. Otro país europeo, Bulgaria, anunció también ayer que reducirá en un 10% el número de sus efectivos. Holanda inició la rotación de su último contingente militar desplegado en Irak, que permanecerá cinco meses en el país.

MILITAR FALLECIDO Entretanto, la violencia se cobró ayer la vida de un alto funcionario del Ministerio de Petróleo iraquí que fue abatido a tiros en Bagdad, mientras que un soldado norteamericano resultó muerto al estallar un bomba al paso del convoy militar en el que viajaba, lo que eleva a 1.117 los militares de EEUU muertos en Irak desde la invasión en abril del 2003.

En una web de internet, Osama bin Laden advirtió al presidente de EEUU, George Bush, que tomará represalias por las muertes de iraquís. "Por cada acción hay una reacción", dijo el líder de Al Qaeda en la transcripción completa de su mensaje emitido el viernes.