El Baaz es una ideología peligrosa, racista y nazi que debe ser exterminada". Este cartel en inglés en la sede del Comité de Presos Liberados indica que Sadam Husein no es una persona grata. Sadam ya no manda, y el comité intenta desvelar ahora los horrores de su dictadura. Por lo pronto, después de tres meses de trabajo en todo Irak, ya se atreve a dar la cifra de 300.000 desaparecidos.

"Aún seguimos trabajando, y la cifra puede aumentar", explica Ibrahim al Idresi, fundador y presidente del comité. En tres meses, Al Idresi ha cambiado de opinión: el pasado abril declaró a este periódico que "calcular el número de desaparecidos es imposible". Ahora, tras haber cotejado datos, exhumado tumbas y descubierto fosas comunes, la cifra de 300.000 toma cuerpo.

PAPELES SAQUEADOS

El comité basa sus cálculos en los millones de documentos sustraídos de las sedes oficiales durante los saqueos posteriores a la caída de Sadam y en los testimonios de los miles de iraquís que acuden a su sede en Bagdad o a las 18 oficinas del resto de Irak. Aunque en menor número que en meses pasados, la sede del comité sigue siendo un desfile de iraquís que buscan a sus parientes con el corazón roto.

"Los 300.000 salen de cruzar los datos de la gente que ha venido a nosotros con los millones de ficheros del antiguo régimen que conseguimos", explica Al Idresi quien, al igual que el resto de trabajadores del comité, conoció en persona, de 1986 a 1994, las cárceles de Sadam. Para efectuar este trabajo ingente --las pilas de ficheros aún se amontonan-- el comité sólo cuenta con la ayuda de una docena de ordenadores financiados por Usaid, la agencia de cooperación estadounidense. Nada más. No hay ningún oficial de Estados Unidos ni británico ni de ninguno de los países que alardean de haber liberado Irak. "Hemos llegado a tener a 100 personas trabajando, pero tuvimos que despedir a la mitad porque no podíamos pagarles", explica Al Idresi, quien añade que ningún representante estadounidense se ha interesado por su trabajo.

El fundador del comité no desvela sus fuentes de financiación --"el dinero procede de donaciones"--, pero deja claro que la ayuda de EEUU se ha limitado a los ordenadores de Usaid y a "ofrecer protección cuando hubo amenazas de simpatizantes del Baaz".

AMBICIONES POLITICAS

Poca colaboración de las "fuerzas de liberación", como califica Al Idresi al Ejército de EEUU. "Descubrir los crímenes de Sadam es un buen trabajo, pero derrocarlo es aún mejor", disculpa a Washington Al Idresi.

En los mentideros de Bagdad, hay quien afirma que el moderado discurso de este presidente obedece a sus ambiciones políticas, ya que la ayuda del comité para que miles de iraquís hayan recuperado los cadáveres de sus parientes ha dado a sus miembros una gran popularidad en el Irak de posguerra.