Las elecciones parciales celebradas en el Líbano para reemplazar a los diputados asesinados Pierre Gemayel y Walid Eido no han hecho más que subrayar la fragmentación política del país. En las montañas cristianas del Metn se impuso el candidato de la oposición prosiria por un margen raquítico de menos de 500 votos, mientras en la circunscripción suní de Beirut, donde solo votó el 19% de los electores, arrasó la baza del Gobierno, un resultado anunciado, teniendo en cuenta que sus rivales no respaldaron a ningún candidato.

Ambos bloques se atribuyeron la victoria en un ensayo sin vencedores. Más relevante fue la ausencia de incidentes tras una semana de agrias peleas de facciones cristianas.