El gran sueño americano del presidente George Bush para Irak se cumple hoy. Unos 14 millones de iraquís están llamados a las urnas para elegir la Asamblea Nacional. Eso sí, será una jornada marcada por el miedo.

Para garantizar la seguridad de los votantes ha sido necesario sacar a la calle a más de un cuarto de millón de soldados y policías, imponer un toque de queda de 13 horas y cerrar las fronteras con los países vecinos. A pesar del blindaje del país, los rebeldes lograron ayer atacar con fuego de mortero la Embajada de EEUU en Bagdad, ubicada en la zona más segura de todo Irak. Los grupos insurgentes, que han prometido asesinar a todo aquel que vote, extendieron ayer el terror a otras zonas del país.

El ataque a la sede de la representación diplomática se produjo a última hora de la tarde de ayer. Un proyectil lanzado desde el exterior de la denominada Zona Verde dio de lleno en el complejo de la embajada y mató a dos ciudadanos estadounidenses, un civil y un marine, y dejó heridos a otros seis. Horas antes, por la mañana, se produjo también un fuerte tiroteo entre soldados norteamericanos y un grupo de insurgentes cerca de la Zona Verde, sede también del Gobierno interino iraquí.

EL FUEGO SE HA TRIPLICADO Los aviones de combate de EEUU sobrevolaron Bagdad en una muestra de poder e intimidación. En otra acción de los rebeldes, un soldado norteamericano fue abatido a tiros en el oeste de la capital. Durante los últimos siete días, los ataques contra las fuerzas estadounidenses e iraquís se han multiplicado por tres.

En otras zonas del país, las acciones armadas de los insurgentes acabaron con la vida de al menos 17 personas. La más mortífera tuvo lugar en la ciudad kurda de Janagin, al noreste de Bagdad, junto a la frontera con Irán. Un suicida cargado con explosivos se inmoló junto a una base militar de EEUU y del Ejército iraquí. Murieron cinco civiles, entre ellos un niño, y tres soldados iraquís. El grupo que lidera el jordano Abú Musab al Zarqaui, jefe de Al Qaeda en Irak, se atribuyó la acción y advirtió de que habrá más atentados durante la jordana electoral de hoy. El primer ministro interino, Iyad Alaui, anunció que prolongará un mes más el estado de emergencia en todo el país, excepto en las tres provincias kurdas del norte de Irak.

LOS SUNIS SE ABSTENDRAN En las elecciones de hoy, los iraquís con derecho a voto elegirán a los 275 diputados de la futura Asamblea Nacional transitoria, que deberá redactar la Constitución y nombrar al próximo primer ministro. Más de un centenar de coaliciones y partidos se presentan a estos comicios que, según todos los indicios, ganará la alianza que agrupa a la comunidad shií, mayoritaria en el país. Paralelamente a las legislativas, los iraquís también elegirán a sus representantes en los consejos provinciales, 18 en total (uno por provincia). La población kurda del norte del país, además, votará a sus representantes al Parlamento autónomo.

Uno de los datos más relevantes de las elecciones será el índice de abstención. De acuerdo con una encuesta hecha pública ayer por la empresa estadounidense Zogby, el 75% de los sunís no acudirán a las urnas, bien porque respaldan el boicot decretado por sus líderes religiosos, bien por temor a las represalias de los grupos armados.

El presidente, Ghazi al Yauar, reconoció que la situación de inseguridad afectará la participación. Algunos electores admitían que su decisión dependerá del número de explosiones que se den cerca de sus hogares.