Los rebeldes iraquís atacaron ayer una de las principales bases militares estadounidenses en el norte de Irak y mataron a 19 soldados de EEUU y a 3 iraquís. El objetivo del ataque, que también dejó heridas a más de 60 personas, fue la gran tienda comedor de la base de Marez, en Mosul, donde cientos de soldados estaban comiendo. En un comunicado, divulgado por internet, el grupo radical Ansar al Suna se atribuyó el ataque, el más mortífero contra el Ejército de EEUU desde la invasión de Irak. El atentado, además, coincidió con la visita que hizo al país el premier británico, Tony Blair.

Los insurgentes esperaron el momento de mayor efervescencia para atacar la cantina. Las explosiones se registraron a las 12 del mediodía, cuando gran parte del personal de la base estaba en la tienda. Una gran bola de fuego envolvió el comedor de campaña. En un primer momento, el Pentágono informó de que en el lugar había caído "un número indeterminado de misiles y obuses", desmintiendo así el comunicado rebelde, donde se aseguraba que se había tratado de un atentado suicida. Después, fuentes militares estadounidenses señalaron que estaban investigando qué armas exactamente habían utilizado los insurgentes.

SEIS SEMANAS PARA VOTAR El Pentágono no ha informado aún sobre la identidad y nacionalidad de las víctimas. En la instalación militar de Marez, ubicada al sur de Mosul, muy cerca del aeródromo, conviven miembros del Ejército de EEUU y de las fuerzas armadas iraquís, además de civiles que trabajan en diferentes empresas nacionales y extranjeras. La acción de los rebeldes se ha producido en plena campaña electoral y a sólo seis semanas de las elecciones.

En Washington, el presidente de EEUU, George Bush, condenó el ataque y reafirmó que los insurgentes iraquís serán vencidos. "Los terroristas y simpatizantes de Sadam buscan desesperadamente hacer descarrilar la transición hacia la democracia y la libertad en Irak", manifestó, en nombre del mandatario, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan. "Serán derrotados", sentenció.

ALIADOS DE ZARQAUI El grupo Ansar al Suna está considerado como uno de los más sangrientos de Irak. Su primer atentado data de febrero, cuando 109 personas murieron en dos ataques contra sedes de los principales partidos políticos kurdos. También reivindicó, en agosto, el secuestro y asesinato de 12 trabajadores nepalís. Hace unas semanas, el grupo divulgó un comunicado en el que aseguró que opera junto al Ejército Islámico de Irak y los rebeldes a las órdenes de Abú Musab al Zarqaui, jefe de Al Qaeda en Irak.

Durante las últimas semanas, Mosul ha sido escenario de ataques continuos de los insurgentes, sobre todo tras la ofensiva que lanzó EEUU contra Faluya. Fuentes militares de EEUU estiman que muchos rebeldes lograron huir de Faluya para reagruparse en Mosul. A mediados de noviembre, en un ataque coordinado, grupos armados atacaron 10 comisarías de policía de la ciudad, la tercera de Irak, donde hay desplegados 8.000 soldados estadounidenses. Ayer por la mañana un comando asaltó otro centro policial, mientras centenares de jóvenes se manifestaron por las calles del centro para protestar contra las redadas de los soldados norteamericanos.

El ataque contra la base de Marez se ha producido dos días después de los atentados en las ciudades santas shiís de Nayaf y Kerbala, en los que murieron 67 personas. El primer ministro iraquí, Iyad Alaui, indicó entonces que, con estos actos, los insurgentes buscan fomentar el sectarismo y crear una guerra civil.