Tropas de EEUU y grupos de rebeldes libraron ayer duros combates en los alrededores de Faluya. La ciudad rebelde suní, cercada por más de mil soldados estadounidenses e iraquís, volvió a ser bombardeada por aviones de EEUU y por fuego de artillería. Al menos cuatro civiles fallecieron. En el sur de Bagdad, un grupo armado mató a nueve policías, mientras que otros dos perdieron la vida en un ataque con morteros en Ciudad Sadr (barrio pobre de la capital).

Los choques más violentos entre los rebeldes y los soldados norteamericanos se libraron en el barrio de Golán, al noreste de Faluya. La aviación castigó los barrios de Askán y Shuhada durante la noche del sábado y ayer por la mañana. Entre los cuatro civiles muertos había un niño, según fuentes sanitarias. EEUU sospecha que en esa ciudad se esconde Abú Musab al Zarqaui, el líder de Al Qaeda en Irak.

LEALTAD A BIN LADEN Ante el temor de una ofensiva aérea y terrestre, representantes de la ciudad volvieron a pedir reanudar las negociaciones con el Gobierno interino, rotas el miércoles. "Estamos preparados para volver a hablar y abrir nuevos canales de diálogo", dijo Abdul Hamid Jade, miembro de la delegación de Faluya que mantenía contactos con el Ejecutivo del primer ministro iraquí, Ayad Alaui.

Una web islamista publicó ayer un comunicado --cuya autenticidad no pudo comprobarse-- que anunció la muerte "en campo de batalla", en Faluya, de Abú Hafs al Libi, "comandante" del grupo Monoteísmo y Guerra Santa, liderado por Zarqaui. Otra página colgó un comunicado en el que ese grupo promete lealtad a Osama bin Laden y renueva su alianza con Al Qaeda, después de que esa relación "se hubiera interrumpido".

Las fuerzas de seguridad iraquís, por su lado, informaron ayer de la muerte de nueve policías el sábado en una emboscada tendida por un grupo armado en la localidad de Latifiya, al sur de Bagdad. Las víctimas volvían a casa tras pasar unos días en un campo de entrenamiento militar en Jordania.

En Bagdad, dos guardias nacionales y un civil murieron al estallar un mortero junto a un estadio de fútbol de Ciudad Sadr, donde se almacenan las armas entregadas por los seguidores de Moktada al Sadr.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, mostró de nuevo su pesimismo ante la situación de Irak.