El rehén filipino, por el que el Gobierno de Manila retiró sus tropas de Irak, recuperó ayer la libertad, sólo horas después de que los últimos soldados filipinos abandonasen el país para salvarle la vida. Pero la violencia sigue y un alto funcionario de Basora se añadió ayer a la lista de cargos gubernamentales asesinados.

Angelo de la Cruz, camionero y padre de ocho hijos, fue liberado a primeras horas de la mañana y entregado a la Embajada de los Emiratos Arabes Unidos en Bagdad. Sus secuestradores, pertenecientes al llamado Ejército Islámico de Irak, habían amenazado con decapitarle.