El Ejército de Estados Unidos informó ayer de la muerte de cinco soldados el lunes en dos ataques. Esos cinco cadáveres elevaron a 852 el número de fallecidos en lo que va de año, según el recuento que elabora Associated Press.

Las 852 víctimas mortales estadounidenses convierten ya el 2007 en el año de mayor mortalidad desde que empezó la intervención militar en Irak. El incremento de tropas es un argumento que tiene dos caras. Por un lado se asegura que desde que llegaron los últimos 30.000 efectivos, los ataques han descendido. Pero la decisión de sacar más efectivos de grandes bases y enviarles a comunidades ha hecho que los soldados tengan más "contacto con fuerzas enemigas".