El sueño de la legalización aún está lejos para 11 millones de personas que han entrado sin papeles a Estados Unidos, pero esta tarde se ha acercado al menos un poco más. 68 senadores de los dos partidos han dado su respaldo a la más ambiciosa propuesta de ley de reforma del sistema de inmigración de las últimas décadas, lo que abriría las puertas a la regularización de los 11 millones de sinpapeles en un proceso de 13 años.

La norma, sin embargo, aún está lejos de ser ley, pues debe ser aprobada por la Cámara baja, que controlan los republicanos y donde la oposición a la reforma es más fuerte. 14 senadores republicanos se han sumado a los demócratas para hacer avanzar en la Cámara alta la propuesta, redactada en un arduo proceso de negociaciones durante seis meses por un bipartidista "grupo de 8" senadores (cuatro republicanos y cuatro demócratas) y para la que en los últimos días se han discutido 300 enmiendas.

Tal y como ha sido aprobada en el Senado, la ley tendría un coste de unos 30.000 millones de dólares. Doblaría el número de agentes en la frontera con México, exigiría construir algo más de 1.000 kilométros de una valla fronteriza y obligaría al gobierno a usar tecnología militar como radares y aviones no tripulados para controlar el paso. Asimismo, el Departamento de Seguridad Nacional tendría que instalar sistemas de seguimiento biométrico en aeropuertos, puertos y otros puestos fronterizos.

Los empresarios estadounidenses tendrían que usar un sistema gubernamental para asegurar el estatus legal de sus empleados. El problema para que todo eso se convierta en ley es que los republicanos más conservadores en la Casa de Representantes, que controla su partido, consideran que la propuesta del Senado es demasiado benévola con los inmigrantes indocumentados y no pone suficiente enfasis en la protección. El presidente de esa Cámara, John Boehner, ha dicho ya que la iniciativa del Senado no tiene respaldo suficiente y que prepararán y someterán a votación su propia propuesta, con lo que nadie cree que haya ninguna ley antes de verano y se especula con la posibilidad de que el proceso legislativo llegue incluso hasta el 2014