Algunos huyeron en camionetas, otros en vehículos con los cristales reventados por las explosiones de estos días, muchos amontonados en furgonetas y, los menos, a pie, como en 1948. La cuestión era escapar ante lo que parece un ataque inminente. Entre 10.000 y 15.000 palestinos, según las estimaciones de la Media Luna Roja, abandonaron ayer el campo de refugiados de Nahar Al Bared durante la tregua informal mantenida entre el Ejército libanés y la organización extremista suní Al Fatá Al Islam (AFAI) para permitir la salida de la población civil. Ambos bandos se preparan para el asalto final.

El Gobierno de Beirut anunció que no negociará con "los terroristas" y, a mediodía, empezó a concentrar tanques y soldados, además de un buque de guerra, en las cercanías del campo. Mientras, la inestabilidad crece y amenaza con extenderse por el resto del país. A última hora, una bomba explotó en un pueblo druso de veraneo al este de Beirut y causó seis heridos. Es la tercera desde que comenzó esta última crisis, hace cuatro días.

COLEGIOS DE LA ONU La mayoría de los desplazados, que apenas llevaron consigo algunas bolsas y maletas, se dirigieron al vecino campo de refugiados de Badaui, situado a escasamente cinco kilómetros. Allí fueron alojados en la decena de colegios administrados en el campo por Naciones Unidas, que está encabezando la asistencia humanitaria en esta crisis.

Quedarse hubiera sido un suicidio, ante la operación que prepara el Ejército libanés para "eliminar el fenómeno de Al Fatá Al Islam", en palabras del jefe del Gobierno, Fuad Siniora. Su ministro de Defensa, Elías Murr, dio a los milicianos de la organización, inspirada en Al Qaeda y compuesta por numerosos combatientes extranjeros, dos opciones: "Rendirse o morir".

Una larga fila de al menos una veintena de camiones con pertrechos de campaña, armamento y soldados aparecieron ayer junto a la costa, muy cerca del campo. También media docena de tanques. Todo parece indicar que el Ejército está dispuesto a penetrar hasta la cocina en Nahar al Bared, a pesar de la prohibición al respecto sellada entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el Líbano en 1969. Incluso podría bombardear el campo desde la costa, a tenor de la fragata de guerra que ayer acudía a la zona.

Para entrar en el campo tiene permiso de la OLP, según afirmó ayer su representante en el Líbano, Abbás Zaki. Solo puso como condición que antes se evacúe a los civiles. Incluso el jefe en Beirut de su principal facción política, y también armada, Al Fatá, aseguro que sus milicias no descartan intervenir "militarmente" contra Al Fatá al Islam.

Pero un movimiento semejante podría inflamar la tensión latente que se vive en otros campos de refugiados. Un grupo de islamistas de Aín Hilue, cerca de Saida, donde más apoyo tiene AFAI, anunció la formación de escuadrones de yihadistas para "responder a los crímenes" perpetrados en Nahar Al Bared.

BAJAS ´YIHADISTAS´ Según el ministro del Interior libanés, el Ejército ha acabado con al menos medio centenar de combatientes de la guerrilla, casi el doble de lo que se había dicho hasta ahora. Incluido su número dos, Abú Madyan, cuyo cuerpo supuestamente se halló ayer.

El líder druso de las fuerzas gubernamentales, Ualid Yumblat, volvió a acusar a Siria de estar detrás de AFAI y de los atentados de estos últimos días. Y como si quisiera darle la razón, Damasco, a través de su vicepresidente Faruk al Shara, afirmó que la aparición de AFAI es consecuencia del vacío de poder existente en el Líbano.