Las tropas estadounidenses terminarán por quedarse solas en Irak. El Reino Unido, Italia y Polonia, tres países que en conjunto llegaron a tener más de 11.000 soldados desplegados en el país árabe, concretaron ayer sus respectivos planes de retirada. No se van porque hayan cumplido su misión; lo hacen por la presión de sus ciudadanos, y en el peor momento del conflicto, cuando a casi nadie la cabe ya duda de que la situación ha degenerado en guerra civil.

"A no ser que se haga algo urgente para detener el deterioro de la situación, podríamos estar en una guerra civil. De hecho, casi hemos llegado", declaró ayer el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para llamar la atención sobre la inatajable escalada de violencia. Es en este contexto en el que el Reino Unido anunció que retirará "miles" de militares antes de que termine el 2007, y que el número de soldados en el país "será significativamente menor" en 12 meses. El Gobierno italiano también eligió el día de ayer para anunciar que este fin de semana completará la retirada de todos sus soldados. El repliegue militar comenzó a principios de año, cuando aún gobernaba Silvio Berlusconi, y se aceleró tras la llegada al poder del progresista Romano Prodi.

La impresión de que lo que ayer tuvo lugar fue una desbandada general la materializó el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, que señaló que la salida de los militares polacos de Irak "no se producirá más allá de finales del 2007".