El artículo 9 de la Constitución japonesa afirma: "Aspirando sinceramente a una paz internacional basada en la justicia y el orden, el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación y al uso de la fuerza como medio para resolver disputas ... El derecho a la beligerancia del Estado no será reconocido".

A pesar de la claridad de la prohibición, la guerra fría y la guerra de Corea convirtieron a Japón en una pieza básica de EEUU, que impulsó la creación de las Fuerzas de Autodefensa, una de las fuerzas armadas más bien dotadas de la región, aunque no poseen armas nucleares.