El bisemanario Nóvaya Gazeta publicó ayer extractos del reportaje de la periodista Anna Politkóvskaya, asesinada el sábado en Moscú. Los desgarradores testimonios e imágenes de torturados en Chechenia deberían haber visto la luz el pasado lunes, pero los disparos del asesino impidieron que Politkóvskaya terminara su trabajo. Politkóvskaya acusa a las autoridades prorrusas de Chechenia de lanzar una campaña indiscriminada para "presentar como terroristas" a decenas de chechenos con el objetivo de contentar al Kremlin. La fabricación masiva de las "confesiones voluntarias" de estos falsos terroristas, obtenidas por medio de chantaje y torturas, consigue "excelentes resultados" en la lucha antiterrorista en el Cáucaso, dice la periodista.

Uno de los testimonios viene en forma de una carta del checheno Beslán Gadáyev, extraditado este verano a Rusia. "En Grozni me dijeron: "¡Tu mataste!" Cuando lo desmentí, empezaron a golpearme. Tras suspenderme con un tubo metálico entre dos mesas, conectaron cables a los dedos de las dos manos y me dieron descargas eléctricas, mientras me golpeaban", asegura Gadáyev, detenido por presunta pertenencia a la guerrilla.

En la carta dirigida a Politkóvskaya, Gadáyev denuncia que le hicieron confesar que había cometido tres asesinatos. "Solo acepté responsabilizarme de los asesinatos después de que amenazaran con sodomizarme".

Según Politkóvskaya, las prácticas criminales de las autoridades chechenas contra su propio pueblo crean el caldo de cultivo ideal para el nacimiento de una nueva generación de terroristas. Su preocupación está confirmada por una carta de madres de jóvenes chechenos secuestrados y torturados por los servicios de seguridad del primer ministro de Chechenia, Ramzán Kadírov.

El reportaje está acompañado con cuatro imágenes de un vídeo casero en las que aparecen dos secuestrados: un ruso y un checheno con los rostros magullados. Según la periodista, ambos fueron torturados y asesinados. Politkóvskaya denunció que las autoridades chechenas presentaron a los secuestrados como rebeldes muertos en combates. Kadírov apareció en la televisión con los cadáveres de los presuntos guerrilleros al fondo.