La periodista francesa Florence Aubenas explicó ayer con increíble humor y mucho pudor las circunstancias de su secuestro en Irak, así como las condiciones de detención, especialmente "duras", ya que fue "castigada y golpeada" por sus secuestradores cuando intentó oponer resistencia a sus intimidaciones. La reportera explicó los detalles en una emotiva rueda de prensa en la que numerosos periodistas mostraron su alegría por la liberación y mucha curiosidad por los cinco meses de cautiverio.

La reportera de Libération se negó a comentar un eventual pago de rescate, así como las polémicas declaraciones de los periodistas rumanos que dijeron haber compartido 50 días de cautiverio con ella. "No me hablaron nunca de dinero", dijo Aubenas, que explicó lo que ha vivido: "Cinco meses en un sótano, atada de pies y manos y con los ojos vendados".

La periodista hizo un relato cronológico de los hechos desde el momento de su secuestro "por cuatro hombres armados". Los agresores la condujeron a lo que ella llama sarcásticamente "la granja de los rehenes", donde fue encerrada en un sótano de "2 metros por 4 y de 1,50 metros de altura, sin luz y aislada". Allí hacía todo: comer, dormir y "sobre todo esperar". Las manos atadas "incluso para comer", limitada a dar "24 pasos por día" cuando iba al baño y a decir "80 palabras por día" para responder a sus guardianes, que la rebautizaron "Leila" (noche, en árabe).