Tres de cada cien euros del resultado operativo de Repsol YPF, es decir, del que obtiene por su actividad empresarial anual previa al pago de impuestos, salen de los negocios del grupo en Bolivia. Ese impacto, en torno al 3%, es el que prevén los analistas y la petrolera que tendrá en sus cuentas la decisión de Evo Morales.

Las acciones de la compañía experimentaron ayer una caída inicial superior al 3%, que luego se moderó, lo que demuestra que "el impacto es de ese orden", según un analista de Gaesco. Pero la trascendencia no se mide sólo en los resultados ya que, el año pasado, fueron negativos, según explicaron fuentes de la petrolera. Es cuestión de verlo desde la óptica del largo plazo. Bolivia aporta aproximadamente uno de cada 100 euros del beneficio neto total del grupo.

Repsol YPF posee algo más de la cuarta parte de las reservas de hidrocarburos del país, en el que invirtió 1.080 millones de euros de 1997 al 2005; y al que preveía dedicar 850 millones más hasta el 2009. Los hidrocarburos que controla suponen el 18% de las reservas totales del grupo, pero apenas el 5% de su valor --el petróleo tiene un mayor valor y en Bolivia, Repsol cuenta esencialmente con explotaciones de gas--.

Tiene 300 empleados y otros 3.000 indirectos. Su producción en el país andino equivale al 11% del total del grupo, según los datos de Repsol. La compañía es uno de los mayores contribuyentes en Bolivia, donde ha pagado unos 685 millones de euros en impuestos directos, patentes sobre el dominio minero y regalías y participaciones.

En enero, la compañía presidida por Antoni Brufau ya rebajó en un 25% sus reservas de gas, tras llevar a cabo una auditoría de esos activos de la compañía. Más de la mitad de esa revisión se produjo en Bolivia, como consecuencia de los cambios legales que derivaron en la ley de hidrocarburos. Según la compañía, esa nueva norma, "ha ocasionado que ciertos campos y proyectos de desarrollo ya no sean comercialmente viables".

Repsol YPF opera en Bolivia a través de la sociedad Andina, en la que posee el 50% y que consolida en el grupo el 100%. La otra mitad de la filial está en manos de fondos de pensiones. La empresa posee en el país derechos mineros sobre 32 bloques: siete de exploración, con una superficie neta de 9.264 kilómetros cuadrados, y 25 bloques de explotación, con un área de 2.174 kilómetros cuadrados.

El hecho de que consolide el 100% de los activos, pero sólo la mitad de los beneficios hace que el impacto en los resultados sea menor. Una de las mayores explotaciones, Margarita, es gestionada por Repsol, que cuenta con el 37,5%. Tiene como socios a British Gas y Panamerican Energy, según informaron fuentes de la compañía.

Herencia argentina

El desembarco de la petrolera en Bolivia, segundo depósito gasístico de Latinoamérica, fue una herencia, tras la adquisición de la argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) en 1999. Entonces, Alfonso Cortina era el presidente de la petrolera española. YPF había entrado en Bolivia en 1995 a través de la adquisición de Maxus Energy Corporation. Posteriormente, en 1997, YPF consolidó su presencia con la compra de participaciones en Andina.

Después de absorber a YPF, Repsol decidió seguir con las actividades en Bolivia, y las amplió, al considerar que se trataba de un país "estratégico". Antoni Brufau así lo dijo durante la presentación del plan estratégico de la petrolera en la primavera de hace un año.