Repsol YPF, la empresa española más afectada por la decisión del Gobierno boliviano de nacionalizar los hidrocarburos, solo se pronunciará al respecto cuando sus directivos conozcan el texto completo del decreto firmado ayer por el presidente Evo Morales. Así lo revelaron fuentes de la petrolera Andina, filial en Bolivia de la compañía española, que reconocieron que, "a priori, no parece una buena noticia". Durante la visita que lo llevó a Bolivia en marzo, el presidente de Repsol, Antoni Brufau, dijo que tenía la "absolutamente firme decisión" de renegociar el contrato "tan pronto" como el Gobierno de Morales lo dispusiera.

Mientras, en España, el PP criticó con vehemencia la decisión del Ejecutivo boliviano, pidió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que defienda los intereses de las empresas españolas, y le exhortó a que reflexione sobre su política de alianzas. "Medidas renacionalizadoras e intervencionistas como esta no contribuyen a dinamizar las economías de los países en vía de desarrollo", dijo el secretario de Economía y Empleo, Miguel Arias Cañete. Según Cañete, el anuncio de Morales es una muestra del "fracaso de la política exterior española y de la falta de peso en el contexto internacional".