Una manifestación frente a la sede del Gobierno en Jerusalén y una carta abierta en el diario Haaretz marcaron ayer la jornada en Israel. Son las quejas de los reservistas, que acusan de ineptitud a líderes políticos y a altos mandos del Ejército y exigen una investigación de su conducta y sus órdenes durante el mes de conflicto con Hizbulá.

En la carta, que firman cientos de reservistas, los soldados no cuestionan la decisión de ir a la guerra y afirman que estaban dispuestos a arriesgar su vida por Israel, pero denuncian que son inaceptables los titubeos con los que se planteó la campaña contra Hizbulá. Según escriben los soldados, la indecisión originó la cancelación de misiones mientras se estaban llevando a cabo, lo que provocó que tuvieran que permanecer en territorio enemigo durante prolongados plazos de tiempo sin propósito militar.

La carta llega en pleno debate sobre la constitución de una comisión de investigación. El comité de Defensa y Asuntos Exteriores de la Knesset (Parlamento) se mostró ayer en su mayoría partidaria, así como el Controlador del Estado, el juez Micha Lindenstrauss. Mientras, el fiscal general del Estado comparte la opinión del primer ministro, Ehud Olmert, de que no se debe acorralar al Ejército.