La resistencia iraquí dio ayer otro golpe espectacular al atacar con lanzagranadas los dos hoteles mejor fortificados de Bagdad, donde se hospedan numerosos norteamericanos y otros occidentales, así como la sede del Ministerio de Petróleo. Para eludir sospechas y burlar la vigilancia, los insurgentes utilizaron un carrito, arrastrado por un burro, que ocultaba la lanzadera.

Los ataques se produjeron de forma casi simultánea, poco después de las 7.15 de la mañana. El Hotel Palestina recibió varios impactos y sufrió daños considerables. Un civil norteamericano --un contratista de la empresa estadounidense KBR, filial del grupo Halliburton-- resultó herido de gravedad y su estado fue calificado anoche por un portavoz norteamericano de "crítico".

El Hotel Sheraton, situado enfrente, recibió dos impactos, pero los daños fueron menores. Un empleado del establecimiento resultó herido leve. Los artefactos fueron lanzados desde la calle Saadun, una de las principales arterias de la capital iraquí, frente al muro de cemento que protege el recinto donde se encuentran los dos hoteles, aunque ya fuera del perímetro de seguridad, y ante las mismas narices de un puesto de control de la policía iraquí.

KATIUSHAS SOVIETICOS El general norteamericano Mark Kimmitt, señaló anoche que los cohetes lanzados eran katiushas de fabricación soviética y aseguró que el ataque iba dirigido contra el Hotel Palestina pero que uno de los artefactos no alcanzó su objetivo y se estrelló en el Sheraton. Los soldados estadounidenses encontraron después, en la propia calle Saadun --que fue cortada al tráfico-- junto al carrito y al asno, otros 15 cohetes que no habían sido disparados.

Los dos hoteles atacados albergan a numerosos periodistas extranjeros y a un sinfín de consultores y contratistas, tanto de empresas predominantemente norteamericanas como de agencias oficiales, implicadas en la reconstrucción y la gestión de la posguerra iraquí.

También los insurgentes utilizaron el mismo método para atacar el Ministerio de Petróleo, que quedó en llamas. El edificio se encontraba vacío por ser viernes, día festivo en Irak como en la mayoría de países musulmanes, por lo que no se tuvieron que lamentar más víctimas.

La policía iraquí encontró posteriormente dos carritos más, también arrastrados por burros. Uno de ellos, con 21 cohetes en la lanzadera, se encontraba frente a la sede del Partido Democrático del Kurdistán. En el otro, frente a la Facultad de Derecho, el animal estaba conectado con cables a explosivos. En las proximidades de ambos lugares se encuentran las embajadas de Italia y de Turquía.

El general Mark Kimmitt intentó anoche quitar importancia a estos incidentes, que calificó de "militarmente insignificantes". "Saben que no pueden golpearnos en serio y por eso se dedican a este tipo de ataques espectaculares pero vacíos, para conseguir hacerse con los titulares. ¿Qué sentido tiene atacar un edificio vacío como el Ministerio de Petróleo?", señaló.

"INGENIOSO" Kimmitt reconoció, sin embargo, que los guerrilleros utilizan tácticas "inventivas e ingeniosas" --los carritos tirados por burros abundan en Bagdad y no llaman la atención-- y admitió que este tipo de ataques pueden tener un gran impacto psicológico.

En otro incidente, cuatro personas murieron y otras 20 resultaron heridas al ser atacados con granadas en el sur de Bagdad varios puestos de venta callejeros de bebidas alcohólicas. Un soldado estadounidense murió en el norte de la capital en otro ataque de la resistencia.