La resistencia iraquí atacó ayer con granadas la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores de Bagdad y causó, además, la muerte de tres soldados norteamericanos y un intérprete local en dos violentos incidentes localizados al sur y al oeste de la capital de Irak.

Desde el pasado 28 de septiembre no se registraba ningún ataque contra un edificio simbólico en Bagdad. El ataque de ayer contra la sede del Ministerio de Exteriores, que iba a ser reconstruida en breve, no causó ninguna víctima. Según el testimonio de varios testigos y guardias del edificio, la acción estuvo seguida por un intercambio de disparos en la zona, vecina al Hotel Al Rashid y al palacio de conferencias, ocupados por militares y funcionarios norteamericanos.

NUEVAS VICTIMAS

Casi a la misma hora, en el sector meridional de Bagdad, dos soldados de la 82 División Aerotransportada y el intérprete iraquí que les acompañaba fallecieron, y otros dos militares norteamericanos resultaron heridos, cuando un artefacto explotó al paso de su convoy, según confirmaron fuentes del Ejército de Estados Unidos, informa Efe. Las mismas fuentes añadieron que, horas antes de este suceso, otro soldado estadounidense perdió la vida y un compañero suyo quedó herido a causa de una deflagración.

Las tropas norteamericanas, en cambio, no confirmaron las informaciones procedentes de la localidad de Kirkuk, según las cuales un ciudadano iraquí murió en un ataque con lanzagranadas contra la sede de la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica Iraquí (ASRII). Los atentados con lanzagranadas RPG, fáciles de manejar pero sin gran precisión de tiro, se han convertido en una acción común en Bagdad desde principios de verano.

Bagdad también fue escenario ayer de una revuelta popular. Centenares de manifestantes protestaron ante una mezquita shií, para denunciar la detención de un clérigo local y otro hombre por parte de las fuerzas militares de Estados Unidos.

ACUSACIONES

Algunos líderes locales explicaron que EEUU acusa al clérigo de almacenar armas y llamar a los iraquís a oponerse a la ocupación de la coalición anglo-norteamericana. La policía iraquí y los militares registraron la zona.