La resistencia iraquí volvió a demostrar que puede golpear cuándo y dónde quiere. Tres soldados estadounidenses perdieron la vida en menos de 24 horas, en incidentes separados, unos episodios que están minando la moral de las tropas. El mando militar estadounidense ha pedido a un equipo de psiquiatras que investigue la alta tasa de suicidios entre los soldados desplazados a Irak, informaba ayer el diario ´Usa Today´. Desde el inicio de la invasión, al menos 14 militares se han quitado la vida. La última víctima de EEUU fue un soldado que murió al ser alcanzado su vehículo en Tikrit, donde podría estar Sadam. El domingo, otro militar falleció al explotar una mina en el norte del país. Un tercer soldado murió ayer en esta zona.