La fecha no es negociable". Con estas palabras la Casa Blanca fijó ayer su posición en el debate abierto en los últimos días sobre los planes de retirada de Afganistán.

En este sentido, el presidente de EEUU Barack Obama estableció en su nueva estrategia para el país centroasiático que el inicio de la salida sea en julio del 2011. Sin embargo, el comandante en jefe también indicó que el ritmo que se imprima dependerá de cómo evolucionen las cosas sobre el terreno.

Es una idea que comparten el Departamento de Defensa y el máximo responsable militar en Afganistán, el general David Petraeus. El secretario de Defensa, Robert Gates, coincide en que la retirada será de forma gradual y más lenta de lo que piden los demócratas en el Congreso, pero Petraeus fue un poco más allá y, el pasado fin de semana, dejó entrever la posibilidad de que el 1 de julio recomiende al Gobierno retrasar el inicio de la vuelta a casa de las tropas.

ADIOS INMINENTE "El presidente no me envió para buscar una salida digna. Las órdenes son hacer todo lo humanamente posible para ayudar a cumplir nuestros objetivos", afirmó el general. Gates le contradijo ayer mismo. "Nadie cuestiona que vamos a iniciar la retirada en julio del 2011, pero todavía no se ha debatido a qué ritmo", subrayó el secretario de Defensa, que ayer reveló que abandonará el Pentágono el próximo año.

Gates, que cumplirá 67 años el próximo mes de septiembre, hizo el anuncio a la revista Foreign Policy . Gates dijo que planea dejar su cargo cuando se haya completado la revisión de la estrategia en Afganistán. "Habremos completado el refuerzo de las tropas y terminado la evaluación en diciembre. Y parece como que en algún momento del 2011 habrá una oportunidad para pasar el testigo", aseguró.

Gates, un republicano moderado, fue nombrado por Bush y Obama le pidió seguir bajo su Gobierno, algo que hasta entonces no había sucedido en la historia de Estados Unidos.