El nivel de las aguas en casi todas las regiones anegadas del norte de Alemania retrocedió lentamente durante la madrugada, horas antes de que arranque en Berlín una cumbre nacional para articular las ayudas a los damnificados.

Los niveles del Elba -el más afectado actualmente por las crecidas- y otros ríos de Baja Sajonia (noroeste), Schleswig-Holstein (norte), Brandeburgo (este) y Mecklenburgo-Antepomerania (noreste) están descendiendo desde ayer, según las autoridades alemanas.

No obstante, el nivel de alerta es "muy alto", a juicio del Ejecutivo, ya que unas 10.000 personas continúan sin poder regresar a sus hogares y decenas de miles de policías, militares, técnicos y voluntarios prosiguen desplegados en todo el país en labores de contención y rescate.

La canciller alemana, Angela Merkel, tiene previsto reunirse esta tarde en Berlín con los jefes de Gobierno de todos los estados federados para abordar, entre otras cuestiones, las inundaciones y sus consecuencias.

Según informó ayer el Ejecutivo, en el encuentro se tratará la estimación del montante total de daños, la articulación de las ayudas financieras y el reparto de cargas entre distintas administraciones.

Varias fuentes del Gobierno y el Bundestag (cámara baja) han apuntado a distintos medios que el montante total de las ayudas podría ascender a 8.000 millones de euros, por encima de los 6.500 millones que supusieron las ayudas que siguieron a las crecidas históricas de 2002.

Oficialmente, sin embargo, el Ministerio de Finanzas ha evitado en los últimos días dar cifras provisionales y ha anunciado que hasta que no tenga un cálculo "serio" no lo hará público.

El portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, señaló ayer que del encuentro debe salir "una señal clara" de que el Ejecutivo federal y los "Länder" deben "permanecer unidos", más allá de líneas partidistas, y ofrecer a los damnificados "ayuda" y "esperanza".