Las protestas en las calles de Túnez son menos visibles que las de Argelia. Sin embargo, la lista de víctimas mortales en el país que desde hace más de dos décadas dirige con puño de hierro el presidente, Bin el Azidin Ben Alí, es mucho más escalofriante y ha estremecido a la oprimida oposición y a la sociedad civil. Durante el fin de semana, al menos 20 personas han muerto durante los enfrentamientos contra las fuerzas del orden en la región tunecina de Kasserine, según la denuncia de un dirigente local de la oposición, Ahmed Nejib Chebbi.

Las protestas continuaron ayer por sexto día en Argelia. Las manifestaciones contra el paro y la subida de los precios de algunos productos básicos se cobraron dos nuevas víctimas mortales, con lo que la cifra de fallecidos se eleva a cinco. Los partidos políticos de la oposición y las familias de clase media han comenzado a sumarse a las manifestaciones abanderadas hasta la fecha por los jóvenes.