Los Reyes mantienen su previsión de viajar a Siria el próximo 19 de octubre para una visita de Estado de tres días, pese al reciente ataque de Israel y a las acusaciones de Estados Unidos contra el país árabe por supuesto apoyo al terrorismo. Un portavoz de la Moncloa justificó ayer la decisión de mantener la agenda con el argumento de que España "sigue manteniendo relaciones" con Damasco y de que Washington, más que una acusación, ha lanzado un "aviso de que hay sospechas" sobre la existencia de Siria da cobijo a grupos terroristas.

Desde esta peculiar interpretación de los hechos, el Gobierno español eludió cualquier crítica a la Administración Bush, que ayer justificó sin ambages la agresión israelí y afirmó que Siria está "del lado malo en la lucha contra el terrorismo". La posición del Ejecutivo de José María Aznar consistía ayer en condenar en paralelo el ataque de Israel a Siria y el último atentado suicida de una joven palestina en Haifa, que costó la vida a 19 israelís, sugiriendo una relación de causa-efecto entre ambos hechos.

El secretario de política internacional del PSOE, Manuel Marín, retó al Gobierno a que se "desvincule públicamente" de "cualquier tentación" de EEUU de precipitar un conflicto con Siria. En abril pasado, cuando EEUU envió sus primeros mensajes a Damasco, Aznar aseguró que Siria no iba a ser "objetivo de nadie" ni "refugio de terroristas".