La fuga de decenas de cocodrilos de un criadero ha convertido este año las habituales inundaciones que sufre Tailandia durante los monzones en unas de las más peligrosas en años, como demuestra que el número de muertos haya llegado a 92.

Equipos de cazadores llevan toda la semana tras del rastro de estos depredadores de agua salada, algunos de hasta 400 kilos de peso, que ayudados por las crecidas escaparon de la granja Million Year Stone Park, ubicada en el popular destino turístico de Pattaya, a unos 150 kilómetros al este de Bangkok.

El gerente del centro, Suthawut Themtab, explicó por la televisión tailandesa que desconoce cuántos animales han huido, pero advirtió de que pueden estar hambrientos porque vivían acostumbrados a que les alimentasen diariamente en cautividad. La granja se localiza a unos 100 kilómetros de Bangkok y criaba cerca de 2.800 reptiles de diferentes edades y tamaños para, principalmente, comerciar con su piel y carne.

Hasta la fecha, los rastreadores han conseguido atrapar a 29 reptiles, varios que medían cinco metros de largo y que han necesitado seis hombres para ser transportados, según publica el diario tailandés Bangkok Post. Las autoridades han asegurado a la población que mantendrán la persecución hasta que tengan garantías absolutas que la amenaza ha pasado, pero mientras tanto numerosas personas viven con el agua hasta las rodillas, la cintura o más alto, dependiendo de la zona donde habiten.

Según el Departamento de Prevención y Respuesta a los Desastres, las inundaciones afectan a 30 provincias, principalmente de la región septentrional de Tailandia, aunque también han alcanzado a Phuket, el primer destino turístico del sur tailandés.