En su segundo día de visita a Israel, la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, insistió en la necesidad de aprovechar la oportunidad "histórica" para la paz que la retirada de Gaza brinda a israelís y palestinos, al tiempo que anunció el acuerdo alcanzado entre ambas partes para demoler las viviendas judías, una vez se ejecute la desconexión . La jefa de la diplomacia de EEUU indicó que israelís y palestinos entienden que las 1.200 viviendas unifamiliares de colonos no responden a las necesidades de los 1,3 millones de palestinos que viven en Gaza.

El futuro de las casas de los colonos estaba en discusión desde hace semanas, y no se había tomado aún ninguna decisión. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, consideraba tan negativo para la imagen de Israel la estampa de las grúas demoliendo las viviendas como la de los militantes de Hamás plantando sus banderas en las casas.

"Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) acordaron que las casas de los colonos en Gaza deben ser desmontadas. Por lo tanto, las partes trabajarán en un plan de destrucción y limpieza", afirmó Rice en una rueda de prensa, tras reunirse en Jerusalén con Sharon. El plan mencionado por Rice incluye un proyecto para "generar puestos de trabajo", según señaló un funcionario israelí.

LOS ESCOLLOS PENDIENTES Fuentes palestinas señalaron que los escombros de las viviendas podrían ser empleados en la construcción de un puerto internacional en la ciudad de Gaza, uno de los escollos pendientes entre palestinos israelís.

Tampoco hay acuerdo todavía sobre la reapertura del aeropuerto de ese territorio, sobre la retirada israelí de la frontera entre Gaza y Egipto, y sobre la creación de un paso seguro entre Cisjordania y Gaza.

Tras la entrevista entre Sharon y Rice, el Ministerio de Vivienda israelí anunció que va a sacar a concurso la oferta para construir 700 viviendas suplementarias en dos colonias cisjordanas de la periferia de Jerusalén, en la zona conocida como Gran Jerusalén.

La secretaria de Estado de EEUU se mostró irritada tras este anuncio y afirmó que "Estados Unidos tiene una política muy clara sobre este asunto". Por su parte, la ANP pidió a Washington que frene la extensión de las colonias.