En un cambio de posición respecto al trato que deben recibir los presos sospechosos de terrorismo fuera de EEUU, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, aseguró que su país extendía las obligaciones contraídas en la ONU contra la tortura al personal estadounidense destacado en el exterior. "Como base de la política estadounidense, las obligaciones de EEUU según la Convención contra la Tortura, que prohíbe el trato cruel, inhumano y degradante, tales obligaciones se extienden al personal estadounidense allí donde estén, en EEUU o fuera".

Según funcionarios estadounidenses, las palabras de Rice pronunciadas en Kiev --donde se entrevistó con el presidente ucraniano, Viktor Yuschenko-- constituyen un cambio de política sobre la tortura. Antes, EEUU interpretaba que la convención sólo se aplicaba en territorio estadounidense, y se escudó en ese vacío legal para abrir centros de detención como el de Guantánamo.

CLARIFICACION, NO CAMBIO Las declaraciones de Rice constituyen una importante concesión de Bush en la política interna estadounidense. Hasta el miércoles, el Gobierno se resistía a aceptar un borrador legislativo para extender la prohibición de recurrir a la tortura al personal de EEUU que trabaja fuera. Otros funcionarios del entorno de Rice, en cambio, subrayaron que las declaraciones son más bien "una clarificación de la política estadounidense, no un cambio".

La polémica sobre las prisiones secretas de la CIA y los vuelos de la agencia de inteligencia a través de territorio europeo han centrado la gira de Rice por Europa. La cancillera alemana fue criticada por la prensa de su país a raíz de su encuentro con Rice. Según la prensa, Merkel no obtuvo respuestas "concretas" de la secretaria de Estado.

Otros líderes europeos se han visto en aprietos por las actuaciones de la CIA en Europa. Tras salir a la luz el secuestro del imán radical egipcio Hasán Mustafá Osama Nasr por la agencia de espionaje en el 2003 en Milán, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, reiteró su desconocimiento de las misiones de la CIA. "¿Qué debemos hacer para hacer comprender que nosotros no estamos implicados en la operación?". El miércoles, The Washington Post publicó que Berlusconi había aprobado la operación. El premier británico, Tony Blair, afirmó "no saber nada".

El presidente de Polonia, Aleksandr Kwasnieski, desmintió que la CIA haya tenido prisiones secretas en su territorio. Sin embargo, el ministro polaco de Exteriores, Stefan Meller, subrayó que hablaría de la polémica en un próximo viaje a EEUU.