Un ataque militar contra Irán "no figura en este momento en la agenda" de EEUU, aseguró ayer Condoleezza Rice en Londres, donde inició su primera gira por Europa y Oriente Próximo como nueva jefa de la diplomacia norteamericana. Al término de un encuentro con el primer ministro británico, Tony Blair, y el titular de Exteriores, Jack Straw, Rice no excluyó un hipotético uso de la fuerza contra Teherán en el futuro, plan en el que EEUU discrepa de sus aliados británicos, pero sostuvo que Washington desea emplear la diplomacia para asegurarse de que el programa nuclear iraní no persigue fines bélicos.

"Tenemos muchos mecanismos diplomáticos a nuestra disposición y pensamos utilizar todos ellos", afirmó la antigua consejera de Seguridad Nacional, quien manifestó el "firme apoyo" de la Administración norteamericana a la iniciativa diplomática europea que encabezan el Reino Unido, Francia y Alemania, para resolver la crisis.

Paz de momento, pero sus palabras tuvieron un preocupante tono bélico. Al igual que hiciera recientemente el presidente George Bush, la secretaria de Estado estadounidense acusó a las autoridades iranís de desestabilizar la región, proteger al terrorismo y contar con un "terrible historial de derechos humanos".

SIGNOS POSITIVOS Rice confía en que las elecciones en Afganistán e Irak influyan positivamente en otros países, y alabó los signos de "cambio en Marruecos, Jordania y Bahrain". También confirmó su presencia en la reunión sobre Oriente Próximo que organiza en Londres Tony Blair y que ha sido fijada para el 1 de marzo. Antes, tendrá la posibilidad de conversar personalmente con los máximos dirigentes israelí, Ariel Sharon, y palestino, Abú Mazen, con quienes se entrevistará en vísperas de su cumbre en Sharm el Sheij.

"Hay ahora grandes oportunidades de progreso en este asunto", señaló Rice, quien ofreció la ayuda de EEUU para el entrenamiento de las fuerzas de seguridad palestinas, que "deben unificarse" y "ser parte de la solución, y no del problema".

La recepción de Rice por parte del equipo de Blair fue muy calurosa. El primer ministro le dio la bienvenida ante las cámaras y la felicitó por su nombramiento. Ella no tuvo reparo en alabar al Reino Unido como el "mejor amigo y aliado de EEUU". Las siguientes escalas en su periplo no serán tan cordiales.

ESCALA EN BERLIN En Berlín, el tono fue menos distendido. El canciller alemán, Gerhard Schröder, y la secretaria de Estado norteamericana anunciaron en la capital alemana que sus países están dispuestos a "abrir un nuevo capítulo" en las relaciones bilaterales, que se han visto dañadas a raíz de las diferencias surgidas sobre la guerra de Irak. En un encuentro con la prensa, Schröder y Rice señalaron que quieren dejar atrás definitivamente las tensiones del pasado y destacaron la necesidad de afrontar conjuntamente "los nuevos desafíos".

Concretamente, ello significa, entre otras cosas, una plena coincidencia en apuntalar la transición política tras las recientes elecciones en Irak, y colaborar para relanzar el proceso de paz en Oriente Próximo entre israelís y palestinos.

La secretaria de Estado valoró en Berlín los esfuerzos de Alemania, Francia y el Reino Unido para resolver por la vía diplomática la crisis surgida a raíz del programa nuclear iraní. Rice señaló que Teherán debe aprovechar la oportunidad que le está brindando Europa para cumplir con sus compromisos. El jefe del Gobierno alemán destacó que Irán "tiene el derecho" a hacer uso pacífico de la tecnología nuclear, pero que debe impedirse que posea armas nucleares.