A Washington le preocupa el creciente poderío económico y militar de China y no está dispuesto a ponerle las cosas fáciles a Pekín. Así lo volvió a dejar claro ayer la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, que en el marco de su gira asiática hizo un llamamiento a los países europeos para que se abstengan de levantar el embargo de armas que pesa sobre China desde hace 15 años.

"Creemos que no es oportuno", dijo Rice en Seúl, minutos antes de coger el avión que la llevó a Pekín. "Existen inquietudes sobre el aumento del gasto militar chino, sobre su poderío militar y sobre su sofisticación". Según Rice, la UE debe impedir que el aparato militar chino aproveche la tecnología europea. El embargo fue impuesto en 1989, tras la masacre de estudiantes en la plaza de Tiananmen, pero un grupo de países liderado por Francia y Alemania cree que no es conveniente mantener el embargo.

Ya en Pekín, Rice pidió al Gobierno chino que reduzca "las tensiones" con Taiwán, que se han disparado tras la aprobación, hace una semana, de una ley que autoriza que China pueda impedir, por la vía militar, una posible independencia de la isla.