Si Richard Nixon estuviera vivo, no se habría sorprendido al saber que Mark Felt, exnúmero dos del FBI durante el Watergate, fue Garganta profunda , la fuente que permitió desentrañar el escándalo que concluyó con su vergonzosa dimisión, en 1974. El presidente republicano y sus asesores sospecharon que Felt era el guía de los reporteros de The Washington Post , según afirmó ayer la CNN tras un intenso examen de las grabaciones magnetofónicas de las conversaciones de Nixon en la Casa Blanca.

En una de esas grabaciones, el 19 de octubre de 1972, el asesor presidencial H. R. Haldeman dijo a Nixon que una fuente secreta apuntaba a Felt como responsable de las filtraciones. "Si le presionamos saldrá y lo contará todo", dijo Haldeman, que acabó pasando 18 meses en prisión por su papel en el Watergate.

"Felt sabe todo lo que puede saberse en el FBI. Tiene acceso a todo", añadió Haldeman. Nixon le preguntó: "¿Qué harías tú con Felt?". El asesor respondió que un compañero, el también asesor de la Casa Blanca, John Dean, le aseguró que no se podía procesar a Garganta profunda por las filtraciones al diario. "Sin embargo, tenemos toda clase de mecanismos" contra él, comentó Haldeman.