Los líderes rebeldes se han rendido a las tropas del Gobierno filipino que han irrumpido en el lujoso hotel "Península" en Makati, el distrito financiero de Manila, en el que se habían atrincherado con varias decenas de soldados. El general Danilo Lin, y el oficial del Ejército y senador Antonio Trillanes, indicaron que han adoptado esa decisión con la finalidad de evitar la perdida de vidas humanas.

No obstante, seis soldados rebeldes se resisten a rendirse y deponer las armas, indicaron a Efe fuentes militares en el propio hotel. Las tropas gubernamentales seguirán acordonando el hotel hasta conseguir que los seis soldados decidan entregarse, añadió la cita fuente. Lin y Trillanes se rindieron inmediatamente después de que un vehículo blindado tumbara la puerta principal del hotel Peninsula, que había sido desalojado de huéspedes.

Antes se escucharon disparos en el interior del establecimiento, y se vio salir humo por las ventanas, aparentemente producido por los gases lacrimógenos que fueron arrojados por las fuerzas de seguridad. Trillanes y Lim, que encabezaron unas pocas horas antes una marcha de decenas de personas, entre ellas soldados armados, por las principales calles de Makati se había negado a negociar su rendición con el jefe de la Policía Nacional, Geary Barias.

"Por la seguridad de todos, vamos a salir, si alguien resulta herido no queremos tenerlo en nuestra conciencia", dijo Trillanes a los periodistas. Las autoridades advirtieron a los rebeldes que asaltaría a las 15:00 hora local (07:00 GMT), si no se rendían transcurrido el plazo. Los rebeldes, que ya participaron en el motín de 2003, exigían la dimisión de la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, a quien acusan de corrupción, y reclamaban la formación de un Gobierno interino encabezado por el presidente del Tribunal Supremo.