Los presidentes de los gobiernos de España e Italia, José María Aznar y Silvio Berlusconi, pactaron ayer una posición común ante la próxima reforma de la UE. La extensión del voto cualificado y la sustitución de las presidencias rotatorias del Consejo por una presidencia más estable constituyen dos de los puntos más destacados de la propuesta.

El acuerdo fruto de la VII cumbre italo-española celebrada en Roma propone un "refuerzo del equilibrio entre las instituciones" que prevea la "elección de un presidente del Consejo que asegure continuidad y visibilidad a la acción de la Unión Europea".

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