La presidente brasileña, Dilma Rousseff, ha propuesto este lunes la realización de un plebiscito en el marco de un gran pacto nacional sobre el sistema político, la salud, la educación y el transporte. La oferta de la madataria es una respuesta a la ola de protestas que ha sacudido Brasil en las últimas dos semanas.

El plebiscito debe dar paso a "un proceso constituyente específico para la reforma política", ha explicado Rousseff en una reunión con gobernadores y alcaldes en el Palacio presidencial de Planalto, convocada para responder a las demandas de los manifestantes. La presidenta ha propuesto cinco grandes "pactos" a los 27 gobernadores y 26 alcaldes que han asistido al encuentro.

El primero haría referencia a la necesidad de mantener la "responsabilidad fiscal para garantizar la estabilidad económica y el control de la inflación", a lo que atribuyó una "dimensión especialmente importante en el momento actual, en que la prologada crisis castiga a todas las naciones".

El segundo pacto lo ha centrado en la "construcción de una amplia reforma política que amplíe los horizontes de la ciudadanía", una propuesta que, ha admitido, en las últimas décadas "entró y salió más de una vez de la agenda política nacional". Para superar esa parálisis, ha propuesto el plebiscito "que autorice un proceso constituyente específico para la reforma política", pues "Brasil está maduro para avanzar" en esa dirección. En ese marco, ha asegurado que se debe dae una prioridad especial al combate a la corrupción y ha propuesto establecer penas más severas para los delitos cometidos por la malversación de dinero público.

Acelerar inversiones en salud y avanzar en construir medios de transporte

El tercer pacto se refiere a la salud, un área en la que ha pedido "acelerar las inversiones" previstas y ha reafirmado su intención de contratar médicos extranjeros para que trabajen en las ciudades y regiones "que más precisan mejorar la atención". Rousseff ha admitido que se enfrentará "un debate democrático" con esa propuesta, en alusión a la resistencia de los colegios profesionales del país a esa iniciativa.

Respecto al transporte público, que fue el detonante de las protestas debido a un alza en el precio del billete en Sao Paulo, también ha reconocido que pese a las fuertes inversiones hechas en últimos años, aún carece de la calidad que exige la ciudadanía.

Por eso, en el cuarto punto del "gran pacto nacional", ha propuesto "avanzar más rápido" en la construcción de metros, trenes y otros medios de transporte público y ha invitado a alcaldes y gobernadores a estudiar nuevas desgravaciones de impuestos, similares a las que ya ha establecido el Gobierno federal en esa área. También ha anunciado su disposición a eliminar los tributos federales al diesel utilizado por autobuses y a la electricidad que consumen trenes y metros.

Los beneficios del petróleo del Atlántico, para educación

El quinto punto del "pacto" lo ha centrado en la educación, un área en la que ha reiterado que su Gobierno pretende mejorar los presupuestos mediante una propuesta que tramita el Parlamento. Esa propuesta plantea que el 100% de los beneficios que generen las riquezas petroleras atesoradas en aguas profundas del Atlántico se destinen a la educación. En ese sentido, ha dicho que confía en que "los señores congresistas aprobarán eso con la debida urgencia constitucional".

Como hizo la semana pasada en las otras dos ocasiones en que se pronunció sobre las manifestaciones que recorren el país, Rousseff ha vuelto a condenar los episodios de violencia que se han producido en algunas de ellas. La presidenta ha subrayado su compromiso con "la ley y el orden" y ha ofrecido ayuda a alcaldes y gobernadores para "garantizar la paz", pero ha enfatizado que se debe escuchar "la voz democrática que viene de las calles".

Según Rousseff, las protestas dicen que "el pueblo quiere más ciudadanía, quiere ciudadanía plena" y exige "servicios públicos de calidad", "mecanismos más eficientes contra la corrupción" y "una representación política más permeable" a sus demandas.