Ante una impresionante multitud, 30.000 personas en el estadio Charléty de París y otras tantas en el exterior, la candidata socialista a la presidencia de Francia, Ségolène Royal, clamó ayer por una Francia reconciliada consigo misma que no retroceda en los "derechos sociales" y esté libre de amenazas. Horas antes del mitin, el ultraderechista Jean-Marie Le Pen pidió a sus electores una "abstención masiva" el domingo, consigna que, de ser seguida, favorecerá a Ségolène Royal.

La candidata socialista incidió, sobretodo, en los valores de reconciliación, paz, fraternidad y tolerancia para criticar el discurso de su rival, Nicolas Sarkozy. Recordó a los asistentes que el próximo domingo se "elige entre dos modelos de sociedad". "En la Francia que yo quiero, hay sitio para todos y para todas, y nadie será excluido", dijo.