En el marco de un viaje relámpago a Irak, el secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, pidió ayer al nuevo primer ministro iraquí, el shií Ibrahim al Yafari, que no lleve a cabo cambios drásticos en los ministerios de Interior y Defensa, encargados de la lucha contra la insurgencia en coordinación con las fuerzas estadounidenses. Rumsfeld, que se entrevistó con Yafari y con el presidente iraquí, Jalal Talabani, dejó claro que su país no aceptará retrasos en el proceso político que arrancó con las elecciones del 30 de enero y cuyo siguiente reto es redactar el borrador de la Constitución antes del próximo mes de agosto.

La visita de Rumsfeld ha tenido lugar cuando kurdos y shiís están a punto de cerrar un acuerdo para la formación de Gobierno. Ayer se conoció que el Ministerio de Interior será ocupado, con toda probabilidad, por un miembro de la Alianza Iraquí Unida (AIU), la coalición shií que ganó los comicios y que aupó a la jefatura del Ejecutivo a Yafari.

TEMORES Washington ya no tiene en la cúpula del poder a su hombre de confianza, el exprimer ministro Iyad Alaui. La Administración estadounidense teme ahora que los dirigentes shiís cesen a altos mandos militares, policiales y de los servicios de inteligencia, muchos de ellos antiguos miembros del partido Baaz de Sadam Husein que, tras la invasión, aceptaron colaborar con la fuerza multinacional. De hecho, en el interior de la alianza shií se han levantado voces que piden una purga de estos mandos. Recuerdan que en la dictadura participaron en la represión contra los shiís y los kurdos.

Antes de aterrizar en Bagdad, Rumsfeld dijo que su objetivo es presionar al nuevo Gobierno iraquí para que evite cualquier retroceso político y militar. EEUU no puede permitirse ese lujo mientras parte del dinero de los contribuyentes sea para financiar la reconstrucción del país pero, sobre todo, mientras haya soldados de EEUU muriendo allí.

Tras entrevistarse con Rumsfeld, Yafari dijo que el nuevo equipo de Gobierno lo formarán "muy buenos ministros", y que la Administración estará a cargo de "buenos tecnócratas". El presidente iraquí avanzó que a finales de esta semana se formará el nuevo Ejecutivo.

El reparto de carteras entre shiís y kurdos sigue siendo el principal obstáculo para componer el equipo ministerial. El ministerio más polémico, que ambos grupos se disputan, es el del Petróleo. Se espera que en el nuevo Gobierno estén representados los principales partidos políticos del país, incluso el que lidera Alaui, que acepta que su partido forme parte del Ejecutivo, pero pide cuatro ministerios.

Rumsfeld, por su parte, se entrevistó también con el jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak, el general George Casey, y con el comandante de la fuerza multinacional, el general John Vines. El secretario de Defensa aseguró que EEUU no tiene "una estrategia para salir de Irak". "Nuestra estrategia --añadió-- es la victoria". Después, Rumsfeld viajó en helicóptero hasta Mosul para ver al kurdo Masud Barzani, líder del Partido Democrático del Kurdistán (PDK).

VISITA PARA DAR MORAL En territorio estadounidense, el presidente George Bush visitó la base militar de Fort Hood, en Tejas, decidido a inyectar moral a sus soldados. Su discurso estuvo impregnado de optimismo. "La puesta en marcha de un Irak libre en el corazón de Oriente Próximo sería una derrota hiriente para las fuerzas de la tiranía y del terror, así como un hecho fundacional de la revolución democrática mundial", dijo. Bush se reunió poco después con familiares de los soldados muertos en Irak.