A tan solo tres días de las elecciones presidenciales del 2 de marzo el candidato del Kremlin y viceprimer ministro, Dmitri Medvédev, apareció ayer por primera vez ante sus electores en un acto oficial para anunciar que la lucha contra corrupción será clave en su mandato. "Dentro de unos meses, aprobaremos un plan de lucha contra la corrupción y lo pondremos en marcha", dijo Medvédev en Nizhni Novgorod, en una reunión con sus seguidores.

Medvédev, de 42 años, que participa en las elecciones como heredero político del presidente ruso, Vladímir Putin, recibirá un 70% de los votos en los comicios, según los últimos sondeos nacionales. El candidato del Partido Comunista, Guennadi Ziugánov, y el excéntrico líder del Partido Liberal Democrático de Rusia, Vladímir Zhirinovski, que se han barajado como presidenciables en todas las campañas electorales que siguieron el colapso de la Unión Soviética en el 1991, se repartirán el resto de los votos.

A pesar del enorme apoyo que tiene Medvédev, muchos rusos le llaman el "presidente de la tele". La clave de su exitosa campaña a nivel nacional, según un análisis del centro Levada de estudios de la opinión pública, reside en el hecho de que en febrero un 60% del tiempo de todos los informativos de los canales nacionales rusos se ha dedicado a Medvédev y el resto a Putin. "Para el elector ruso, la política actualmente existe solo en el televisor. Los rusos no votarán el 2 de marzo por un líder de derechas o de izquierdas que tenga un programa que les guste, sino por una imagen de la tele que tiene poco que ver con su vida cotidiana", opinó Boris Dubin, de Levada.

ADVERTENCIA A IRAN Por otra parte, Rusia avisó ayer a Irán de que apoyará un nuevo paquete de sanciones de las Naciones Unidas contra el régimen de los ayatolás a no ser que Teherán deje de enriquecer uranio, según fuentes citadas por la agencia rusa de noticias Interfax.