Cinco militantes proderechos humanos de España, Gran Bretaña y Alemania fueron detenidos ayer en Rusia. Las acusaciones contra los arrestados, tres de ellos españoles, no se han hecho públicas. Solo se sabe que todos ellos tenían previsto asistir a una conferencia con motivo del aniversario de la muerte de la periodista rusa Anna Politkóvskaya, asesinada hace hoy un año.

"Estoy con la policía en este momento. Cinco de los nuestros han sido detenidos. Se han quedado con los pasaportes y documentos de inmigración", informó por teléfono a la agencia France Press un miembro del grupo Human Rights First, con sede en Nueva York.

La fuente de la organización humanitaria desveló que siete u ocho oficiales de seguridad rusos detuvieron a los militantes proderechos humanos en las oficinas de la Sociedad para la Promoción de la Tolerancia, una organización no gubernamental, en la ciudad de Nizhny Novgorod. Un portavoz policial de esa localidad rusa dijo no poder confirmar las detenciones.

CONFERENCIA ANULADA Entre los detenidos hay tres españoles y un alemán que trabajan para la organización Amnistía Internacional en Moscú, así como el director ruso de la Sociedad para la Promoción de la Tolerancia, aseguró el miembro de Human Rights First.

La conferencia en recuerdo a Anna Politkóvskaya fue cancelada horas antes de las detenciones porque las autoridades rusas congelaron la semana pasada la cuenta bancaria de la organización en Nizhny Novgorod. Sin embargo, los activistas decidieron reunirse igualmente para hablar sobre la actual situación de los derechos humanos en Rusia. El pasado 1 de octubre, Human Rights Watch ya denunció que el Gobierno ruso emprendió el año pasado una campaña deliberada para detener y expulsar a miles de ciudadanos georgianos que vivían en Rusia.

MEDIDAS ARBITRARIAS En su informe Persecución específica: detención y expulsión de georgianos , Human Rights Watch documenta la detención y la expulsión ilegal y arbitraria de georgianos, incluyendo a muchos que residían y trabajaban legalmente en Rusia. "Las autoridades rusas afirman que las expulsiones no estaban específicamente dirigidas contra los georgianos, sino que formaban parte de una nueva lucha contra la inmigración ilegal", señaló Holly Cartner, directora para Europa y Asia Central de Human Rights Watch.