Rusia no solo rechaza los llamamientos a la mediación pronunciados por la líder de la oposición en Bielorrusia, Svetlana Tikhanóvskaya, sino que está dispuesta a colaborar con las autoridades del país eslavo para perseguirla judicialmente. El Ministerio del Interior ruso acaba de incluir a la activista bielorrusa en su lista de personas en situación de busca y captura.

Así las cosas, en el caso de que Tikhanóvskaya pisara territorio ruso, sería detenida y trasladada al vecino país en condición de imputada, acusada del delito de "llamar a realizar acciones en contra de la seguridad del Estado", sancionado con penas de entre tres y cinco años de cárcel, según ha precisado la agencia Ria Nóvosti. En un comunicado, el Ministerio del Interior ruso ha aclarado que la justicia de su país no había iniciado ninguna investigación criminal contra la opositora, y que actuaba de acuerdo con un mecanismo de cooperación judicial existente en la Comunidad de Estados Independientes, un organismo regional que agrupa a un buen número de repúblicas exsoviéticas.

Portazo de Putin

Las declaraciones posteriores del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, sobre Tikhanóvskaya contituyeron una nueva muestra de que Moscú no se plantea, en ningún caso, abrir con ella ningún canal de negociación. "No se encuentra en Bielorrusia, con lo que no se puede decir que participe en la vida política", ha subrayado. No se prevé "ningún contacto entre ella y Putin", ha concluido.