Rusia se mostró ayer conciliadora y abandonó su retórica de desafío después de que la cumbre de la Unión Europea (UE) descartara adoptar sanciones contra Moscú y optara por mantener el diálogo para resolver la crisis de Georgia.

El presidente ruso, Dmitri Medvedev, consideró positivo que la cumbre hubiera adoptado un punto de vista "razonable y realista", al no aplicar sanciones contra Moscú. Medvedev, no obstante, lamentó que "la UE no comprenda qué motivó a Rusia a intervenir en Georgia y a reconocer a Abjasia y Osetia del Sur como estados independientes".

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, también fue moderado al criticar la presencia de buques militares de la OTAN en el mar Negro, junto a las costas de Georgia. Putin anunció que habrá una respuesta rusa, pero que será "tranquila". Moscú acusa a EEUU de suministrar a Georgia armas por vía marítima.

El secretario de Estado para Asuntos Europeos, Diego López Garrido, anunció que España está dispuesta a participar en la misión civil de observación que prepara la UE para desplegar en Georgia. La decisión debe adoptarse en el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE del día 15.