Tras cuatro días de combates encarnizados, Rusia anunció ayer el cese de las operaciones militares en Georgia y dio su provisional visto bueno a un plan para solucionar los conflictos en las regiones separatistas georgianas de Osetia del Sur y Abjasia, defendido por la UE.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, y su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, anunciaron en el Kremlin un acuerdo de seis puntos que comprende la renuncia al uso de la fuerza, el cese de las hostilidades y el regreso de ambos ejércitos a las posiciones anteriores al estallido del conflicto la semana pasada.

Se prevé también que las tropas rusas se irán del territorio georgiano, menos las fuerzas de paz que están en Osetia del Sur y Abjasia desde 1992, por acuerdo común entre Rusia y Georgia.

La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, reiteró el apoyo de Washington "a la integridad territorial de Georgia". La OTAN, por su parte, consideró "positivo pero no suficiente" el cese de las actividades militares y pidió a Moscú respeto a la "soberanía de Georgia". El secretario general de la organización, Jaap de Hoop Scheffer, dijo que la OTAN mantiene el compromiso expresado con Georgia respecto a una posible adhesión del país a la organización.

REGIONES SEPARATISTAS Paralelamente a la retirada de las tropas, debe comenzar un debate internacional para decidir el futuro de las separatistas Osetia del Sur y Abjasia y determinar la forma de garantizar su seguridad. Sarkozy, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, aseguró que este plan tenía el apoyo de los Veintisiete. El presidente francés viajó ayer a Tiflis para presentar el acuerdo de seis puntos al líder georgiano.

Medvédev anunció el fin de "la operación para forzar la paz" poco antes de reunirse con el presidente francés. "Se alcanzó el objetivo", afirmó el máximo dirigente ruso en unas imágenes televisadas. Tras desalojar a las tropas georgianas de Tsjinvali, las tropas rusas se adentraron en territorio georgiano causando el pánico en Tiflis, que había acusado al Kremlin de un intento de derrocar al presidente georgiano, Mijail Saakashvili.

GARANTIAS DEL KREMLIN Sarkozy señaló que el Kremlin le había garantizado que "no tiene el propósito" de permanecer en territorio de Georgia. Sin embargo, Medvédev destacó que "los pacificadores rusos cumplirán y seguirán cumpliendo sus funciones en el Cáucaso". "Son un factor clave de la seguridad en el Cáucaso. Así ha sido y así será", advirtió, en una clara señal de que las tropas rusas no se irán de Georgia hasta que Rusia consiga sus objetivos estratégicos.

Estos por lo visto consisten en garantizar la independencia de Osetia del Sur y de Abjasia, consolidar la presencia militar rusa en el Cáucaso y llevar a los tribunales a Saakashvili por sus presuntos "crímenes militares".