La guerra del gas entre Rusia y Ucrania se ha zanjado en apariencia sin vencedores ni vencidos gracias a un acuerdo sobre los precios del carburante que satisface los deseos de ambos países. Lo más parecido a una victoria han sido las expresiones de satisfacción y alivio en una Europa a salvo de una crisis energética sin precedentes, aunque consciente más que nunca de que debe diversificar sus fuentes de energía para no depender de los caprichos ajenos.

"Ganaron dos países, Ucrania y Rusia. Ganó Europa. Es el sentido común el que ha ganado", manifestó el primer ministro ucraniano, Yuri Yekanurov.

Una carambola empresarial permitirá a la empresa estatal rusa Gazprom vender el gas a 230 dólares por cada mil metros cúbicos, como exigía el Kremlin, y a Ucrania comprarlo a 95 dólares, una cifra levemente superior a la que Kiev quería pagar.

CARAMBOLA La carambola tiene nombre: Rosukrenergo, una distribuidora que desempeñará el papel de intermediaria entre ambos países. Comprará a Rusia a precio de mercado, mezclará el carburante ruso con gas barato comprado a Uzbekistán, Kazajistán y Turkmenistán, y podrá revender a un precio que el Gobierno ucraniano considera razonable. El suministro de gas a Ucrania tendrá una parte de gas ruso por cada dos partes de carburante asiático.

El acuerdo --por cinco años-- es retroactivo al 1 de enero y desactiva el que fue hasta el martes uno de los principales motivos de disputa entre ambos países: el supuesto robo de gas ruso por parte de las autoridades ucranianas. Ahora se cree que el combustible del que Ucrania dispuso el lunes y el martes, diciendo que formaba parte de contratos firmados con Turkmenistán, ha sido legalmente adquirido.

Tanto el Gobierno ucraniano como la UE --en vilo hasta el logro del acuerdo-- insistieron en que la crisis ha dejado una lección clara: hay que consumir menos gas. "Consumimos demasiado, y haremos lo posible por reducirlo de manera drástica", dijo Yekanurov. El ministro austriaco de Economía y presidente del Consejo Europeo de Ministros de Energía, Martin Bartenstein, recordó por su parte que la UE está "muy lejos de sus objetivos en materia de energías renovables". "Cuanta más energía gastemos, más dependientes seremos", apostilló.

El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que la solución del conflicto "favorecerá el conjunto de relaciones ruso-ucranianas" y subrayó que "crea condiciones estables para el suministro de hidrocarburos rusos a los países de Europa occidental".