Después de tres años de bloqueo político y diplomático, Ucrania y Rusia relanzan el diálogo para poner fin a la guerra del Donbás, un conflicto que ha causado la muerte de más de 13.000 personas y el desplazamiemto de cientos de miles más. Representantes de ambos países han acordado en Minsk, capital de Bielorrusia, un calendario para la implementación de dos de las provisiones contenidas en los acuerdos de paz firmados hace cinco años: la celebración de elecciones en zonas bajo control rebelde de Donetsk y Lugansk y la aprobación de una ley que conceda a ambos territorios un 'estatus especial' dentro de Ucrania.

El plan, denominado 'fórmula Steinmeier' ya que fue el ministro de Exteriores alemán del momento, Frank-Walter Steinmeier, su inspirador, llevaba largo tiempo olvidado en un cajón, mientras las relaciones entre Moscú y Kiev experimentaban un neto deterioro debido a la falta de entendimiento entre sus dos presidentes, Petró Poroshenko y Vladímir Putin, y el conflicto seguía generando un incesante goteo de muertos pese a estar vigente un alto el fuego violado en infinidad de ocasiones.

La llegada de Volodímir Zelenski a la presidencia de Ucrania ha alterado el estatus quo actual. Se impuso en los comicios presidenciales de la pasada primavera con la pacificación del este del país como una de sus principales promesas electorales, y en el tiempo que lleva en el poder, ha negociado un intercambio de prisioneros con Rusia que incluía al cineasta Oleg Sentsov, condenado por "terrorismo" aunque considerado por las oeneges como un preso de conciencia.

NUEVA REUNIÓN DEL 'CUARTETO DE NORMANDÍA'

El principio de acuerdo al que llegaron los negociadores rusos y ucranianos en Bielorrusia abre la ventana para que se celebre en las próximas semanas una nueva cumbre del denominado 'Cuarteto de Normandía', integrado por los jefes de Estado de Francia, Rusia y Ucrania, y la cancillera de Alemania, junto con sus respectivos ministros de Exteriores. La última ocasión en que se reunieron los miembros de dicho formato negociador se remonta a octubre del 2016 en Berlín.

Ante las críticas que las cesiones de Zelenski ya están generando entre los sectores nacionalistas de Kiev, el propio Zelenski se ha apresurado a aclarar que en ningún caso se celebrarán comicios mientras tropas irregulares respaldadas por Moscú se hallen en territorio ucraniano y mientras su Gobierno no controle la frontera este, por donde Rusia suministra a las milicias prorrusas material, apoyo y hombres. "Si queremos elecciones de acuerdo con la ley ucraniana, entendemos que la frontera debe ser nuestra", ha asegurado en una rueda de prensa en Kiev.

Aunque en Moscú, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, aún no se había pronunciado al respecto, su portavoz, Dmitri Peskov, ha calificado los avances experimentados en Minsk como "un factor positivo" y un "importante paso" para poner fin al conflicto. Por su parte, Maria Zajárova, vocera del Ministerio de Exteriores, ha deseado que estos progresos creen "la atmósfera adecuada" para relanzar el proceso de paz.