Estados Unidos puede tener que revisar los interrogatorios de los 680 presuntos talibanes y miembros de Al Qaeda detenidos en Guantánamo (Cuba) si se confirma que muchos fueron saboteados por traductores de árabe que participaron en ellos, ya que transcribieron de forma inexacta las preguntas y las respuestas. "Tenemos motivos que nos empujan a comparar las grabaciones magnetofónicas con las traducciones", confirmó una fuente oficial al diario The New York Times . Esta confirmación a la prensa contrasta con el silencio que rodea la investigación en curso en Guantánamo, donde tres personas han sido detenidas y siete más están bajo vigilancia.

TRADUCTORES ARRESTADOS

Dos de los arrestados son traductores. Se trata del aviador de origen sirio Ahmed al Halabi, detenido el pasado 23 de julio bajo la acusación de espionaje, por intentar entregar a Siria 180 mensajes de presos de Guantánamo junto a sus nombres y otros datos secretos. El mes pasado también fue detenido el traductor de origen egipcio Ahmed Fathy Melhaba, igualmente bajo acusación de espionaje. El tercero es el capellán musulmán James Yee.

Un total de 70 lingüistas militares y civiles trabajan en la prisión establecida por EEUU tras la guerra de Afganistán en Guantánamo. Washington teme que esté en marcha una conspiración para infiltrar en la prisión a simpatizantes de los detenidos, con el objetivo de minimizar el daño que sus confesiones puedan hacer a las organizaciones terroristas en que militan. El Pentágono está entrevistando a intérpretes que pertenecieron al espionaje y han trabajado en Guantánamo --como Bill Terney, exoficial del Ejército en Florida-- para averiguar si hay topos en la prisión.