Sadam Husein descartó el exilio como posible vía para evitar una guerra que augura inminente. El líder iraquí lo dejó claro en la entrevista concedida el lunes a la cadena de televisión estadounidense CBS, en la que asegura que no quemará los pozos de petróleo de su país y también afirma tajante que "Irak nunca ha tenido ninguna relación con Al Qaeda" ni con Osama bin Laden.

"Moriremos aquí, en este país, y mantendremos el honor que hace falta en frente de nuestro pueblo", asegura Sadam en la entrevista con Dan Rather, la primera con un periodista estadounidense en 13 años. Descarta así la posibilidad del exilio y asegura que cualquier líder que le ofreciera asilo en su país "es una persona sin moral".

En el encuentro de casi tres horas en uno de sus palacios en Bagdad, el líder iraquí también se enfrenta a una pregunta sobre si piensa quemar sus campos de petróleo, volar sus presas o sus reservas de agua para resistir la invasión. "Irak no quema su riqueza y no destruye sus presas", contesta Sadam, que muestra también su temor a que esas instalaciones "sean destruidas por aquéllos que invadan Irak".

PROTESTA DE WASHINGTON

La CBS tenía previsto emitir ayer por la noche la entrevista, tras diversas complicaciones burocráticas y técnicas que le han dado tiempo para ganar una publicidad impagable. Y es que la entrevista en sí, tanto como su contenido, se ha convertido en objeto de debate, avivado ayer por las protestas de la Casa Blanca.

Ari Fleischer, el portavoz de la Administración del presidente George Bush, denunció que la CBS estaba dando tiempo y espacio a "la propaganda de un dictador", y protestó porque la cadena "no haya dado voz a la Casa Blanca". La CBS paró el golpe asegurando que invitaba al programa que se iba a emitir ayer al presidente Bush, al vicepresidente Dick Cheney o al secretario de Estado, Colin Powell. Al cierre de esta edición no estaba prevista la asistencia de ninguno de los tres.

La Casa Blanca también denunció que Bagdad impuso unas condiciones para la entrevista que no se habrían aceptado de ser impuestas por Bush. Entre ellas, el hecho de que fuera grabada por tres cámaras iraquís, y que fuera Bagdad quien editó la cinta y realizó la traducción al inglés.