Los combatientes fieles a Moktada al Sadr no sólo no depondrán las armas ni se retirarán de Nayaf sino que probablemente harán como su jefe, que ayer se declaró "enemigo de EEUU" y anunció que luchará contra las tropas estadounidenses "hasta la última gota de sangre".

En medio de los combates que por quinto día consecutivo convirtieron la ciudad santa en un infierno, el clérigo convocó una rueda de prensa en la mezquita del Imán Alí para confirmar, por si quedaban dudas, que el Ejército del Mehdi no atenderá el llamamiento del Gobierno iraquí de cese al fuego.

"Soy enemigo de EEUU y EEUU será mi enemigo hasta el día del juicio final", declaró Sadr, que señaló que la petición del primer ministro, Iyad Alaui, de dejar las armas, equivale a "rendirse". "Sólo queremos la independencia y la libertad de nuestro país --agregó--. No habrá democracia mientras haya ocupación. No habrá libertad mientras haya ocupación. Acabemos con la ocupación".

Los milicianos de Sadr y las tropas de EEUU habían retomado los combates con la primera luz del día después de una noche de relativa calma. El cementerio de la ciudad --uno de los más grandes del mundo con 15 kilómetros cuadrados de superficie-- fue toda la jornada el escenario de los choques más duros; es allí donde se atrincheran los radicales.

CIFRAS DISTINTAS Los tanques estadounidenses han intentado varias veces penetrar en el cementerio, pero se han tenido que retirar ante el acoso de los shiís. Tampoco ha servido la intervención de los helicópteros Apache. El número de víctimas es distinto según el bando: EEUU aseguró ayer que en Nayaf han caído 360 milicianos de Sadr y cuatro de sus soldados; el Ejército del Mehdi sólo admite 15 muertos en sus filas.

Prisioneros sí hay, y muchos. La policía de Nayaf mostró a un grupo de 280 que han sido detenidos estos días. Pocas horas más tarde, los combatientes de Sadr secuestraron en Bagdad a un policía iraquí al que han amenazado con asesinar si no son liberados todos los presos. La situación es tan grave que las tropas de EEUU tomaron ayer el mando de toda la provincia de Nayaf y de la vecina de Qasidiya, hasta ahora bajo tutela polaca. Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió a las partes un esfuerzo "para llegar a un acuerdo de cese al fuego", y ofreció la mediación de la ONU.

Además de en Nayaf, también hubo combates en Diwaniya y en Basora, donde falleció un soldado británico.

DOS COCHES BOMBA A la ofensiva de los hombres de Sadr se suma la explosión de dos coches bomba, uno en Baquba y otro en Jalidiya, a unos 50 kilómetros de Bagdad. El primero, que mató a siete personas --entre ellas el gobernador de Diyala, Aqil Hamid al Adili-- fue reivindicado por el jefe de Al Qaeda en Irak, Abú Musab al Zarqaui. En Jalidiya fallecieron cuatro civiles.