Con el objetivo de acelerar la cita con las urnas --que presupone la caída del actual Ejecutivo, formado por los ultaderechistas de la Liga y los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5S)--, el vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini, ha presentado una moción de censura contra el primer ministro, Giuseppe Conte. La razón es que el pasado miércoles Conte no se presentó en el Senado cuando se votó sobre la construcción del AVE entre Turín y la ciudad francesa de Lyon. Es decir, un pretexto después de un año de desencuentros entre la Liga y el M5S sobre todas las cuestiones importantes.

Tras pedir «plenos poderes» a los italianos, los ritmos acelerados de Salvini no coinciden con el calendario constitucional ni con la prudencia del presidente de la República, Sergio Mattarella. De manera que los jefes de los grupos parlamentarios fijarán el próximo lunes la fecha del debate de la moción de censura.

Según Salvini, el acto debería producirse ya este martes, a dos días del famoso Ferragosto italiano, que Augusto fundó antes del nacimiento de Cristo para que los agricultores descansaran y que actualmente coincide con las vacaciones más señaladas de todos los italianos. Pero es probable que la moción no se debata hasta el día 20, lo que comportará abrir el Parlamento.

En el supuesto de que Conte pierda el puesto, el presidente Mattarella tendrá ante sí varias opciones: volver a encargar la formación de Gobierno a Conte, intentar la formación de un Gabinete técnico o promover un Ejecutivo institucional que administre el país hasta los comicios.

Por lo que todos los observadores prevén que las urnas no se abrirán antes el 20 de octubre o tal vez el 27 y el nuevo Ejecutivo no podrá estar en plenitud de funciones hasta noviembre, lo que, para más complicación, coincidirá con la presentación de los presupuestos del 2020 y que antes deben pasar por la supervisión de la UE. Los mismos comportarán recortes de entre 40.000 millones y 60.000 millones de euros, es decir un golpe para todos los italianos.

Tras el voto sobre el tren de alta velocidad, Salvini pidió a Conte que dimitiera, a lo este que se negó y emplazó a Salvini «a explicar ante el Parlamento el por qué de esta crisis». «El Ejecutivo ha trabajo y lo ha hecho bien en este año, no hemos ido a la playa», dijo Conte, contrariado.