El ministro de Interior de Italia, Matteo Salvini, puede limitar o prohibir la entrada, el tránsito o incluso la parada de las naves en las aguas territoriales italianas, si sospecha que están favoreciendo la inmigración clandestina. En caso de incumplimiento de la ley el comandante deberá pagar una multa de entre 150.000 euros y un millón de euros, con la posibilidad de que la nave sea incautada y vendida. Si la Guardia Costera ha dado el alto al comandante y este lo incumple, puede ser arrestado "inmediatamente". Para cumplir con ello, este año las instituciones oficiales contarán con un presupuesto añadido de medio millón de euros, que el próximo año se elevará a un millón y un año después, a 1,5 millones.

Estos son los aspectos más novedosos del segundo decreto sobre seguridad aprobado este lunes en el Senado con 160 votos a favor por el Gobierno populista de Roma, formado por la Liga de Salvini y los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5S), liderados por Luigi di Maio, ambos vicepresidentes del Ejecutivo. La aprobación ha sido posible gracias a un acuerdo tácito con Forza Italia (FI) de Silvio Berlusconi, cuyos senadores han permanecido en la Cámara para mantener el quórum, así como a la abstención de la extrema derecha de Los Hermanos de Italia (FdI). Según numerosos abogados del país, el decreto comprende aspectos anticonstitucionales y otros que contravienen los tratados internacionales firmados por Italia en lo que se refiere a salvamentos de náufragos en el mar.

MIEDO

El decreto ha sido aprobado mientras las naves de las oenegés, en una especie de desafío conjunto, ya están en el Mediteráneo central o van camino de esa zona después de un año de haberse alejado a causa de las políticas migratorias de Roma. El primer decreto sobre seguridad, aprobado meses atrás, no debía ser suficiente, ya que desde enero han llegado a Italia, según Interior, unos 3.500 inmigrantes, de los que solo unos 500 lo han hecho a través de naves humanitarias, por lo que el problema para el Gobierno populista de Roma no son las oenegés, sino todas las naves en general.

"No derrochemos la humanidad", rezaban las camisetas de algunos senadores del progresista Partido Demócrata (PD), mientras su secretario, Nicola Zingaretti, declaraba en la Cámara: "El decreto Salvini ha llegado e Italia es más insegura". Ha añadido que su partido había pedido la renovación del contrato laboral de las Fuerzas del Orden, guarniciones policiales en los barrios de riesgo, inversiones para la recuperación de las periferias. "De todo esto no hay nada en el decreto, ni tampoco nada sobre la lucha contra las mafias. El crímen lo agradece, las personas están siempre solas y sus miedos aumentan. Salvini vive de esto".

"SANGRE Y MIERDA"

Más contundente ha sido Alberto Airola, senador del M5S, que al anunciar que no podía oponerse al decreto, para no favorecer la caída del Gobierno, añadía una cita de un antiguo político socialista: "Nunca como ahora y con un cierto nudo en el pecho, me doy cuenta de que la política es sangre y mierda". "Este decreto traduce los tuits de Salvini en normas, habéis transformado los posts en Facebook en una fuente del Derecho", ha arremetido el expresidente progresista del Senado, Pietro Grasso. Evocando el fascismo, ha dicho que "con un paso a la vez estáis transformando ese templo de democracia en un acampamiento de armados de un periódo del que algunos aquí sienten nostalgia".

El decreto añade nuevas medidas para las manifestaciones públicas, que introducen o aumentan las penas para quienes lleven objetos contundentes, "incluso defensivos", lancen petardos, amenacen a los agentes del orden o dañen bienes muebles o inmuebles. Nuevas medidas también para los violentos durante los partidos de fútbol, aunque sean en el extranjero. En compensación, el Ministerio de Justícia podrá asumir más personal, los bonos de comida para los policías aumentarán de cinco a siete euros, habrá dinero para que cuenten con uniformes nuevos y aumentarán las horas extras de los los bomberos. En el decreto sobre seguridad han entrado tambien los huéspedes de plataformas como Airb&B, cuyos titulares deberán comunicar a Interior la identificación de los mismos antes de seis horas después de su ingreso, mientras que hasta ahora eran 24.

PUGNA POR LAS INFRAESTRUCTURAS

Salvini, el padre del decreto, se alejó de la sala del Senado antes de la votación, agradeciendo la aprobación a los senadores, "a los italianos y a la vírgen María", sin que la madre de Jesucristo viniera a cuento. El ministro suele hacer uso abundante de cruces, evangelios y referencias religiosas, tal vez porque una parte de sus votantes es sensible a la cuestión, actitudes hartamente criticadas por los obispos del país e indirectamente por el papa Francisco.

La batalla final entre Liga y M5S prosigue este martes, antes de las vacaciones parlamentarias, con el Ave entre Lyón y Turín como contienda. La UE pone 50 mil millones de euros, casi la mitad del coste, para el tramo que debe unir Lisboa-Algeciras con Kiev (Ucrania). Los antisistema se oponen rotundamente, pero la Liga de Salvini podrá contar con el apoyo de toda la oposición. El precio son las exportaciones nacionales, pero también la supervivencia del Gobierno populista. "Al final los italianos acaban siempre encontrando un apaño", dijo un día Henry Kissinger, exsecretario de Estado de los EEUU, a quienes le pronosticaban catástrofes políticas inminentes en Italia.